
A dos semanas de asumir la Secretaría del Ayuntamiento –y en buena medida el control del gobierno municipal–, ya se nota la mano izquierda de Eduardo Olmos Castro. La estabilidad regresa poco a poco y el diálogo con grupos de ciudadanos inconformes, e incluso renuentes a llegar a acuerdos por el trato que recibían en la administración de Román Alberto Cepeda, empieza a dar resultados… Operación política, le llaman los enterados.
La batalla por el chaleco Sigue viva la crisis interna en el Ayuntamiento de Torreón por el dilema de ponerse o quitarse el chaleco verde, símbolo del programa Mejora del gobierno estatal. En la administración, todavía encabezada por Román Alberto Cepeda, la prenda solo cobra valor cuando está presente el gobernador; en su ausencia, la guardan en el clóset. Por ejemplo, este miércoles, durante el arranque de las obras de recarpeteo en el bulevar Diagonal Las Fuentes y en la reunión de coordinadores de sector, “Robán” Cepeda, su jefe de Gabinete, Ariel Martínez; el director de Obras Públicas, Juan Adolfo Von Bertrab y el regidor Luis Cuerda llegaron vestidos de civil. El coordinador de Mejora en Torreón, Hugo Dávila Prado, ya ni siquiera intenta convencerlos de portarlo: la batalla por el chaleco sigue. Por cierto, quien no se quitó el chaleco este miércoles fue el diputado Felipe González Miranda.
Concesiones a discreción Hay una investigación en marcha por concesiones de taxi y autotransporte público emitidas durante la primera gestión de Román Alberto Cepeda como alcalde de Torreón. La liberación de permisos fue a discreción y en beneficio de algunos cercanos al alcalde. Llaman la atención varias concesiones –con folios 1474, 1644, 1645, 1646, 1647 y 1684– otorgadas a Armando Eduardo Hoyos Reyes, quien fue director del Registro Público de la Propiedad en Torreón. ¿Seis concesiones entregadas de manera simultánea a una misma persona, casi al final de la anterior administración? Así el entramado… ¡Y hay más!
Velas encendidas Más que a “Robán”, el todavía director de Obras Públicas de Torreón, Juan Adolfo Von Bertrab Saracho, le quema incienso y le tiene velas encendidas al tesorero municipal, Javier Lechuga, para convencer a quienes toman las decisiones en el ayuntamiento de que tiene con qué seguir al frente de la dependencia. La relación de “Hansi” con Lechuga no es nueva; de hecho, el tesorero fue su contador personal durante años. De ahí la apuesta de Juan Adolfo.