El proyecto más ambicioso de los últimos 12 años en Saltillo (transporte público gratuito), si no sucede nada extraordinario, será ejecutado por una de las empresas más cuestionadas —y empoderadas del espacio público— en ese mismo lapso de tiempo: DM Control. De Musa, por su acrónimo, aunque la vox pópuli diga “De Moreira”.
La flotilla de camiones urbanos que diariamente asalta las vialidades de la ciudad pertenece, por lo menos en el papel, a José Musa de León. De las pocas personas vivas homenajeadas con la nomenclatura de un importante bulevar en la capital de Coahuila.
En 2009, durante la plenitud del Moreirato, DM Control, SA de CV, fue constituida por él y cuatro socios más. Cinco años después, en 2014, creó de manera complementaria DM Control Outsourcing, SA de CV, a fin de ejecutar la práctica laboral que se prohibió en 2021.
Hace tres años, el 17 de abril de 2022, se publicó en este mismo espacio una hipótesis: “de 2017 a la fecha, conforme fue desapareciendo el transporte público de pasajeros en Saltillo, fue apareciendo en la misma medida y proporción el llamado ‘transporte de personal’ en la ciudad”.
En ese sentido, poco a poco rutas y unidades concesionadas fueron extinguiéndose, en detrimento de la movilidad urbana, mientras el negocio de particulares no decayó; por el contrario, transmutó y se multiplicó.
Los choferes se bajaron de las combis y se uniformaron con DM Control. Pasaron de ofrecer un servicio público a servir exclusivamente a la industria. Al ocuparse del traslado de trabajadores de sus centros laborales a puntos cercanos a sus domicilios, y viceversa, indirectamente contribuyeron al aumento de los desplazamientos en vehículos privados, por tanto al tráfico y los embotellamientos en horas pico.
Con conocimiento de causa o sin él, sopesando las consecuencias o no, DM activamente participó en esa destrucción del transporte público en aras de obtener dividendos con el transporte de personal.
La ciudad experimentó entonces un fenómeno: priorizar y facilitar el desplazamiento de los privados por encima de los colectivos. Un tema que presenta casualidades que pueden en realidad no serlo. Cito un ejemplo: al tiempo que desapareció la Ruta 10 que comunica Lomas de Lourdes, al sur de la ciudad, el sector se llenó de rutas industriales.
Un dato para dimensionar: el 70% del transporte de personal que circula por Saltillo lo hace mediante permisos aprobados de 2017 a 2022, periodo en que, coincidentemente, comenzó la debacle del transporte colectivo de pasajeros (la iniciativa del Saltibús, emprendida en la gestión 2010-2013 y que había sido lo más disruptivo de los últimos 20 años, fue frenada y desestimada por la Administración 2014-2017; a partir de ahí, entre otras causas materia de un análisis más amplio, vino el declive).
Saltillenses y visitantes sin automóvil propio, quienes ante los ojos de la mano invisible del mercado son improductivos por no trabajar en la industria, fueron dejados a su suerte, condenados a moverse como parias en una ciudad saturada de coches, sin otra opción que subirse a uno (o uno por integrante familiar, incluso dos por cabeza) y seguir congestionando las vialidades.
Cortita y al pie
Por lo demás, existe un número de unidades activas para transporte de personal, contra una cantidad para transporte público de pasajeros al día, en una proporción de ocho a uno, en promedio.
Y quién es quién en el negocio, se preguntará usted.
Entre 66 personas físicas y 38 morales el principal jugador local es DM Control, con 410 permisos para transporte de personal; uno de cada 6 camiones que circulan por la ciudad, para contextualizar. Luego se ubican los poblanos de Settepi, con 231, las empresas F.E.D., domiciliada en Arteaga, e IBSOM de Laura Rocío Ibarra Somera, con 212 cada una, Grupo Senda, de Monterrey, con 171, y LIPU, de Nayarit, con 116.
Existen, a su vez, múltiples casos de razones sociales que, inmediatamente después de creadas, generalmente entre 2018 y 2020, obtienen permisos para transporte de personal. Un caso particular es Operaciones de Logística y Transporte FJ, SA de CV, la cual pertenece por partes iguales a Jorge Enrique Rodríguez de la Garza y Fernando Alberto Yates Córdova, de 27 y 26 años, respectivamente, y pese a crearse el 11 de junio de 2019, en la Notaría 119 de Saltillo, ya había obtenido seis permisos bajo ese nombre antes de ésa fecha. De igual forma Lain Transportation, S.A. de C.V., sociedad mercantil constituida en Saltillo el 14 de agosto de 2018 pero con domicilio fiscal en Monterrey, Nuevo León, quien ha obtenido sus 139 permisos de 2019 a 2022. Sus socios son los hermanos Luis Fernando y Aaron Hosai, de apellidos Torres Estrada, de 33 y 32 años de edad. Por separado el primero de ellos, Luis Fernando, también es permisionario y posee otros 66.
La última y nos vamos
En resumen: DM Control contribuyó a crear el problema, y ahora, curiosamente, contribuye a facilitar la solución.
Pero no es ocioso ni casual, por supuesto. Un total de 143 millones 654 mil pesos, invertidos por el Gobierno Municipal, es el valor de la propuesta que presentó ayer DM, único participante de la licitación que se resolverá mañana viernes, para la operación de 35 camiones gratuitos para los usuarios, durante 15 meses (de octubre próximo a diciembre de 2026).
Es un asunto de utilidades, naturalmente. De rentabilidad inducida. La mesa está inclinada a su favor por la mano invisible del mercado; la misma que, en la década de los 90, orientó el desarrollo urbano de Saltillo hacia el norte, una zona antinatural por sus características geográficas.
