Al que llegue a la Secretaría del Ayuntamiento de Torreón en lugar de José Ganem Guerrero le tocará poner orden en lo político y, además, amueblar las oficinas. Y es que El Bachiller, en pleno berrinche, no dejó ni un cuadro en las paredes. Se fue como si el mobiliario fuera parte de su liquidación. El despacho quedó pelón. Finalmente, se confirma lo que es: político de ocasión que confunde servicio público con changarro personal. En fin, el único que celebra es Office Depot.
Se le acabó el negocio
Otro que anda fuera de sí es Luis Morales, ante las versiones de su salida de la Dirección de Movilidad y Vialidad.
Al parecer, el más mesurado es el todavía tesorero municipal, Óscar Luján. Desde hace tiempo pedía a gritos salir del caos del Ayuntamiento que aún encabeza Robán.
Que sea más amplio
Ante los rumores —cada vez más insistentes— sobre cambios en el gobierno municipal de Torreón, hay voces que piden que la sacudida no se limite a las direcciones ya mencionadas. Los señalamientos apuntan directo a Gustavo Muñoz, de Desarrollo Urbano; al director de Obras Públicas, Juan Adolfo Von Bertrab; y a Pablo Fernández, de Inspección y Verificación. La expectativa no es menor: que la limpia alcance a quienes se han convertido más en carga que en solución.
Con cariño
Se sabe que, con todo lo que viene, el gobernador Manolo Jiménez dejará ver el cariño que le tiene a Torreón. Le meterá mano con todo.
De acuerdo con los enterados, los movimientos buscan un proyecto integral para que las cosas caminen.
Por cierto, hay expectativa de su visita este viernes a Torreón, con temas positivos para la Perla en particular y para La Laguna en general.
