
Dice Ariel Martínez Mendoza —para más señas jefe de Gabinete en el Ayuntamiento de Torreón— que ya buscan un edificio alterno al de la Plaza Mayor para que los ciudadanos paguen sus infracciones de tránsito sin tener que soportar las largas filas de todos los días. Asegura que el alcalde Román Alberto Cepeda está enterado. Lo que no dice es que la aglomeración se forma por la voracidad de los agentes de Tránsito, bajo el mando de Luis Morales Cortés, director de Vialidad y Movilidad Urbana, que salen a cazar conductores como si trajeran cuotas que cumplir. El tema ya es un polvorín social. Una cosa es la vigilancia vial, y otra muy distinta es dar licencia para atracar.
Señales desde vida
Antonio Attolini dio señales de vida… desde Rusia. El diputado morenista apareció para dar cuenta de su participación en una escuela de liderazgo a las afueras de Moscú. Aclaró que no fue de paseo ni usó dinero público —faltaba más—, sino que acudió como parte de un selecto grupo internacional. Allá, entre jóvenes parlamentarios y funcionarios de 30 países, presentó como caso de estudio el drenaje pluvial de Torreón, obra que en su distrito sigue sin concretarse.
La aclaración de Attolini respecto a que no anda de turista, y mucho menos con cargo al erario se justifica por lo casos de Andy López, Ricardo Monreal y Mario Delgado, quienes no más no atienden los llamados a la justa medianía que les hacen desde Palacio Nacional.
En aprietos
Todavía no empieza y ya se metió en camisa de once varas. Betzabé Martínez Arango, alcaldesa electa de Gómez Palacio, tuvo que salir a aclarar señalamientos delicados sobre presuntos vínculos de integrantes de su equipo con grupos que se dedican a extorsionar a comerciantes y empresarios de la región. La advertencia surgió desde la propia comunidad, y aunque la futura edil rechazó tajantemente cualquier nexo con la delincuencia organizada, el simple hecho de que tenga que dar explicaciones antes de tomar protesta revela un arranque accidentado. Si así empieza, no queremos imaginar lo que vendrá una vez que esté al frente del ayuntamiento.
Voces del río
El próximo domingo, un grupo de ciudadanos se plantará en el lecho seco del Río Nazas para cantarle al agua. Así como suena. No es espectáculo, es protesta. Se llama “Laguneros cantan al agua” y es una forma de exigir lo que los gobiernos no han querido hacer: cuidar el río. No piden milagros, piden voluntad. Que dependencias como el SIMAS Torreón, con todo y su encampañado gerente general, Roberto Escalante, dejen de usar el Nazas como excusa en discursos y lo empiecen a tratar como lo que es: un recurso que están dejando morir.