
Por Luis Carlos Plata
En el periodo que coincide con su peor etapa deportiva de la historia contemporánea, el Club de Fútbol Santos Laguna recibió entre junio de 2022 y mayo de 2025 un total de 33 millones de pesos del Municipio de Torreón encabezado por Román Alberto Cepeda, sin que se justifiquen las ministraciones más allá de un concepto genérico: “fomento al deporte”.
Mediante tres sociedades mercantiles: Santos Laguna, La Casa del Dolor Ajeno, y Grupo Inmobiliario Orlegi, su dueño, Alejandro Carlos Irarragorri Gutiérrez, cobró un total de 16 facturas en poder de quien esto escribe, por una suma de 32 millones 994 mil 301 pesos. Un promedio de 915 mil pesos mensuales, si se toman en cuenta los 36 meses transcurridos desde su primer comprobante fiscal. Por el penúltimo documento, fechado el 14 de abril de 2025, se pagaron 4 millones de pesos a la razón social Santos Laguna, S.A. de C.V. El de mayor cuantía en la gestión.
Ahora bien, a lo anterior hay que agregar que desde 2007, cuando José Ángel Pérez Hernández (PAN) era munícipe, el equipo no paga los Impuestos ni Derechos Municipales de las sociedades mercantiles “Territorio Santos Modelo S.A de C.V.” y “Santos Laguna S.A de C.V.”, como consta en el Acta de Cabildo número 30, correspondiente a la Vigésima Tercera Sesión Ordinaria del 2 de febrero de 2011.
A su vez el 3 de enero de 2015 el Ayuntamiento y el Club Santos Laguna formalizaron un convenio de colaboración. Por un lado, la institución deportiva participaría “en la promoción de programas sociales” y ya no bloquearía la transmisión de sus partidos de local por televisión abierta en La Perla de La Laguna.
El Gobierno Municipal, por su parte, le pagaría 20 millones de pesos, le condonará ocho impuestos municipales y le rebajaría el servicio de seguridad privada, a mitad de precio. Se hizo público hasta el 20 de octubre. El tema no fue tratado en sesión de Cabildo. Se decidió unilateralmente.
Ahora bien, desde que cambió de propietario (de Grupo Modelo a Orlegi Deportes, en agosto de 2014) el negocio no repunta. El estadio del Santos Laguna ocupa el lugar 15 entre los 18 inmuebles de Primera División en entradas.
Si en el TSM hay 17 jornadas de temporada regular al año como local (sin contar Liguilla), eso equivale a que la Presidencia Municipal de Román aporta 700 mil pesos por partido. La cantidad se traduce a 2 mil 800 boletos pagados a un costo promedio de 250 pesos. Y representa un 10 por ciento del aforo total (28 mil butacas).
En otras palabras: el Ayuntamiento subsidia, con recursos públicos, una décima parte de las entradas a un espectáculo de propiedad privada, con fines de lucro.
Sin embargo antes de inyectar dinero bueno al malo se pudieron resolver los motivos extra futbolísticos que perjudican al espectáculo y competen a las partes: al Ayuntamiento, la percepción de inseguridad y el escaso transporte público hacia el Territorio Santos Modelo. Al Club, los horarios poco alentadores de los partidos y el alto costo de los boletos.
Antonio Attolini, diputado local, presentó un punto de acuerdo el 11 de marzo para “exigir” informes a un particular, en este caso el Santos Laguna, acerca de la “mecánica financiera del dinero público recibido del Ayuntamiento de Torreón”. Difícil recibir una respuesta, considerando las atribuciones limitadas que tiene el Congreso del Estado.
Si bien el trato viene de tiempo atrás, con Román Alberto Cepeda se disparó el dispendio como en tantos otros temas reseñados en este mismo espacio los últimos meses.
Cortita y al pie
Si el lema del Santos Laguna fue algún tiempo “ganar sirviendo”, con Román se involucró en un negocio de perder-perder. O “ganar perdiendo”. Pierde Santos Laguna, pues envía un mensaje de vulnerabilidad económica a la Federación Mexicana de Fútbol; compromete su imagen, y limita su campo de influencia: más regionalista que nunca, ya que su alcance no va más allá de 150 kilómetros a la redonda.
Y pierde el Ayuntamiento, debido a que no posee finanzas holgadas. Si bien el “apoyo económico” al Santos Laguna está contemplado en el rubro “transferencias y asignaciones y donativos de capital otorgados al sector privado”, del Presupuesto de Egresos Municipal, el mismo documento señala que dicho gasto deberá justificarse a través “de obras y servicios que califique de prioritarias o urgentes”.
La última y nos vamos
Por lo demás, la Presidencia Municipal ofrece una solución temporal a un problema de fondo, pues para las finanzas municipales y no para los rivales, ese templo es literalmente “la casa del dolor ajeno”.