Ciudad de México.— El Día de Muertos es una de las tradiciones más profundas y emblemáticas de México. A través de la preparación de ofrendas y altares, las familias reciben a las almas que, según la creencia popular, regresan al mundo de los vivos para reencontrarse con sus seres queridos.
Pero este encuentro no sucede en un solo día. Dentro del calendario espiritual mexicano, se establecen fechas específicas para recibir a distintos tipos de espíritus, según la forma en que partieron de este mundo.
El 27 de octubre se recuerda a las mascotas fallecidas;
el 28, a quienes murieron de manera trágica o violenta;
y el 29 de octubre se dedica a las ánimas de los ahogados y víctimas de accidentes, un grupo especialmente significativo dentro de la tradición.
29 de octubre: almas de ahogados y víctimas de accidentes
De acuerdo con la costumbre popular, el 29 de octubre está destinado a las personas que murieron por ahogamiento o accidentes relacionados con el agua. Este día se busca honrar su memoria y brindarles un espacio de paz, serenidad y luz.
Para recibir a estas almas, se recomienda que el altar sea tranquilo y esté ubicado cerca de una ventana o corredor, simbolizando el tránsito espiritual entre el mundo de los vivos y el de los muertos.
Cómo preparar la ofrenda del 29 de octubre
Los elementos esenciales que debe contener la ofrenda de este día son:
Agua: símbolo de pureza y alivio, calma la sed del alma tras su largo recorrido.
Velas o cirios: representan la luz que guía y protege a las ánimas en su camino.
Sal: elemento purificador que cuida al espíritu durante su tránsito.
Copal e incienso: limpian el espacio de energías negativas y abren el camino para la visita.
Flores de cempasúchil: su color y aroma trazan el sendero desde el panteón hasta el altar.
Comida y pan de muerto: los platillos favoritos del difunto y el pan tradicional, símbolo del cuerpo y la memoria.
El calendario espiritual del Día de Muertos
Cada día previo al 2 de noviembre tiene un significado particular dentro del calendario espiritual:
27 de octubre: mascotas fallecidas.
28 de octubre: personas que murieron en hechos violentos o trágicos.
29 de octubre: ahogados o víctimas de accidentes.
30 de octubre: almas olvidadas o sin familia.
31 de octubre: niños no bautizados, conocido como el Día de los Angelitos.
1 de noviembre: niños y santos, en el calendario católico Día de Todos los Santos.
2 de noviembre: adultos difuntos.
Un acto de memoria y reencuentro
Más que un tributo a los muertos, el Día de Muertos es un acto de memoria y amor que reafirma la identidad cultural de México. Preparar la ofrenda con intención, respeto y cariño convierte este momento en un ritual de reencuentro espiritual, donde la vida y la muerte se entrelazan en una celebración luminosa y profundamente humana.







