
Ciudad de México.- Antes que su faceta como político, Mauricio Fernández desarrolló su interés en el arte y el coleccionismo, actividades que marcaron su trayectoria. El político de 75 años fallecido el 22 de septiembre fue un gran coleccionista de arte y amigo de reconocidos artistas, como Francisco Toledo.
Desde muy joven coleccionó objetos diversos: fósiles, minerales, arte popular, monedas, libros y cartografía, vocación cultivada desde su infancia y alimentada por su madre, Doña Márgara Garza Sada, también de reconocida trayectoria como mecenas y promotora cultural.
Como promotor cultural participó como consejero del Ballet de Monterrey, del Museo de Historia Mexicana y del Consejo para la Cultura y las Artes de Nuevo León.
Fue presidente del patronato del Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca, del taller Artesanarte, del Museo del Ojo y benefactor del Museo Franz Mayer, además de impulsar esculturas urbanas en Monterrey como "La Lagartera", de Francisco Toledo, a un costado del Museo de Historia Mexicana.
Su faceta como coleccionista y promotorcultural se cristalizó en el Museo La Milarca, inaugurado en julio de 2024 en el Parque Rufino Tamayo, réplica de lo que durante décadas fue su casa en Chipinque. En el recinto de ValleOriente se exhibe de todo: arte, libros, monedas, estampillas, armas, documentos y fósiles. Con más de tres mil 500 piezas de arte, LaMilarca alberga fósiles como el pez jurásico Lepidotus, un fémur de brontosaurio, restos de Triceratops, un cráneo de Tyrannosaurus, el plesiosauroide "Mauriciosaurus fernandezi", bautizado en su honor.

También exhibe objetos como espadas de Hernán Cortés, Iturbide, Allende y Porfirio Díaz, medallas, joyería, retratos originales de Diego Rivera, Frida Kahlo niña y Rufino Tamayo, así como estructuras históricas y piezas de arte popular.
El Gabinete de Mauricio, la última sala, reúne las piezas de mayor valor de su colección. No sin polémicas, Fernández ofreció este acervo en comodato al Estado con el deseo de que fuera un legado cultural.
La réplica de su casa incluye los techosmudéjar, arcosgóticos, portalesvirreinales y materiales tradicionales, todo integrado dentro del museo como un espacio abierto al público. En su actual administración como Alcalde de San Pedro convirtió el museo El Centenario en el Museo de Antiguos Mexicanos, con piezas prehispánicas de Grupo Alfa.
Así vivía Mauricio Fernández en La Milarca
La Milarca tiene nueve habitaciones, una sala de billar, dos galerías de arte, diez bodegas, una biblioteca, una estancia en la que guarda una gran colección de documentos históricos y el área de la alberca, entre otros espacios.
La edificación de esta casa –de más de dos mil metros cuadrados–, llevó por lo menos siete años. En ella se siente en un ambiente acogedor, relajado y en el que se respira el aire fresco de toda la vegetación del rededor.
Los encargados de su realización fueron el arquitecto Jorge Loyzaga y el restaurador Manuel Serrano.