Ricardo Mejía Berdeja perdió los estribos y también la brújula. En la pelea que protagonizó en las instalaciones de la CFE con el panista Teo Kalionchiz, aseguró que defendía a los pequeños productores de carbón, pero lo que en realidad cuidaba eran los intereses de su patrón: el diputado local Antonio Flores Guerra, dueño de Minerales Don Chilo y carbonero consentido de la CFE en tiempos de López Obrador. El problema es que, con Claudia Sheinbaum, Flores Guerra ya no tiene cabida en los contratos. La reunión, que debía servir para afinar detalles de la próxima comparecencia de la directora de la CFE, Emilia Esther Calleja Alor, terminó en espectáculo bochornoso. Mejía mostró de qué está hecho: lanzó insultos y acabó a los golpes. En medio del zafarrancho quedó la torreonense Verónica Martínez, quien también recibió ofensas del diputado del PT.
Licencias en pausa
En el escritorio de Christian González Zambrano, director de Servicios Especiales de Vigilancia, Espectaculares, Espectáculos y Alcoholes del Ayuntamiento de Torreón, se acumulan 52 licencias para venta de alcohol que ya cumplieron todos los requisitos, pero aun así no se liberan. Los trámites fueron hechos por las dos principales cerveceras del país, que no son precisamente improvisadas en el papeleo. Lo extraño es que los permisos están detenidos sin explicación alguna. En las esquinas de la #PlazaMayor aseguran que la “autorización” tiene precio: unos 18 mil pesos por cada licencia. Si el rumor es cierto, el negocio no está en la cerveza, sino en las oficinas municipales de los cercanos al alcalde.
Mala vecindad
Román Alberto Cepeda, quien todavía cobra como alcalde de Torreón, anda buscando pleito donde no hay. Esta vez se le fue encima al gobernador de Durango, Esteban Villegas, solo porque éste cuestionó las barricadas que el ayuntamiento colocó en los accesos desde Gómez Palacio, dizque para frenar a la delincuencia. En lugar de responder con serenidad y oficio político, “Robán” soltó la puntada de que el mandatario duranguense “se dedique a lo suyo”. Así no se hace vecindad, ni política seria.
Duda fastidiosa… ¿Quién es la funcionaria del Ayuntamiento de Torreón que ordena la clausura de instituciones educativas privadas… ¡para que no le hagan competencia!?





