
Manila.– Una nueva tormenta tropical golpeó Filipinas el viernes, dejando al menos cuatro personas muertas y obligando a la evacuación de más de 433 mil residentes de zonas vulnerables a deslaves e inundaciones.
El paso de Bualoi
La tormenta Bualoi, conocida localmente como Opong, tocó tierra la noche del jueves en San Policarpo, Samar Oriental, con vientos sostenidos de 110 km/h. El fenómeno dejó sin electricidad a varias provincias del centro-este y provocó inundaciones, así como dos deslaves menores, de acuerdo con la agencia de mitigación de desastres.
Las autoridades trasladaron a miles de familias a refugios temporales, especialmente en la provincia de Albay, donde se advirtió sobre la posibilidad de flujos de lodo en las faldas del volcán Mayon.
Víctimas mortales y daños
Los cuatro decesos se registraron en la provincia insular de Masbate. Tres personas murieron tras ser golpeadas por un árbol, una pared y escombros, mientras que la cuarta falleció al ser alcanzada por un rayo.
El gobernador de Masbate, Ricardo Kho, señaló que gran parte de la red vial quedó intransitable, lo que complica la llegada de ayuda humanitaria. También pidió apoyo urgente para reabrir los puertos de la región.
Una temporada devastadora
Bualoi es el 15º ciclón tropical que afecta a Filipinas en lo que va del año y llega tras el paso del tifón Ragasa, que la semana pasada dejó al menos 25 muertos en Filipinas y Taiwán, antes de disiparse en Vietnam.
La tormenta, de rápido movimiento y con un diámetro de 450 km de lluvia y viento, se desplaza hacia el noroeste y podría pasar cerca de provincias densamente pobladas al sur de Manila antes de entrar al mar de China Meridional, donde podría intensificarse nuevamente y dirigirse a Vietnam, según el pronóstico oficial.
Crisis agravada por la corrupción
El desastre golpea al país en un momento delicado. Filipinas enfrenta un escándalo de corrupción que involucra a legisladores, incluidos aliados del presidente Ferdinand Marcos Jr., en proyectos de infraestructura y control de inundaciones.
Según investigaciones en curso, gran parte de las obras en provincias propensas a inundaciones, como Bulacan, fueron construidas con materiales deficientes o a sobreprecio para cubrir sobornos millonarios.
Marcos calificó la magnitud de la corrupción como “horrible”, mientras expertos advierten que estos desvíos han debilitado la capacidad del país para mitigar los efectos de fenómenos climáticos cada vez más intensos debido al cambio climático.