
El martes en Torreón fueron entregados los nombramientos a Eduardo Olmos Castro y Javier Lechuga Jiménez como secretario del Ayuntamiento y tesorero Municipal, respectivamente. Si bien hubo y habrá más movimientos en el organigrama de Gobierno, ellos representan los refuerzos más importantes de la temporada 2025-2027 en el Game of Thrones peculiar que se libra en La Perla de La Laguna.
Ahora bien, qué otra cosa es el periodismo, sino registro y memoria.
La última vez que ambos funcionarios coincidieron en un presupuesto público, fue durante la Legislatura 62 del Congreso del Estado, de 2021 a 2023. El primero como Presidente de la Junta de Gobierno, y el segundo en el mismo cargo que ahora ocupa: Tesorero. En términos de correlación de fuerzas políticas entre diputados locales, aquello fue un paseo de ovejas y hasta les sobró tiempo para ocuparse de otras cosas.
El 27 de febrero de 2022 se publicó en este mismo espacio que, como administración, facturaron hasta medicamento para las crisis hemorroidales.
Con base en 576 facturas analizadas por quien esto escribe, correspondientes al primer cuatrimestre de 2021, o sea todo lo ingresado al sistema fiscal en ese periodo, hubo desde lo tradicional y políticamente aceptado: comidas, hoteles, seguro médico y gasolina de los legisladores (todo lo anterior por miles de pesos), hasta gastos excéntricos de la esfera personal, como leggings para dama facturados en Cimaco, o playeras ‘tipo Dockers’ para caballero en la misma tienda departamental, por citar un par de ejemplos.
Entre otros datos curiosos destaca una especial predilección por arena para gato: 7 mil pesos entre 29 costales facturados en distintos momentos. Colchones también figuraron en los comprobantes. Seis, adquiridos el mismo día.
Inclusive varias veces hicieron ‘el súper’. En Soriana y Walmart, básicamente. Para dimensionar, un ticket facturado donde consta una tapa de huevo, un kilo de jamón cocido a granel, un doce pack de leche Santa Clara, ocho kilos de detergente Ace, tocino Fud, y champú Folicure de 1.2 litros contra la caída del cabello. Lo que cualquier persona podría adquirir en el supermercado. La diferencia es que aquél hipotético ciudadano no tiene acceso a los datos de facturación del Poder Legislativo para endosarle la cuenta.
En su defensa podrán argumentar que se trata de productos de la canasta básica para entregar en forma de despensas. Sin embargo el Legislativo entre sus atribuciones no tiene la entrega de recursos públicos, y aunque no cuenta con ella, de igual forma compraron por separado paquetes alimenticios para repartir, según los comprobantes del 4 de marzo de 2021, por 50 unidades, y el 5 de abril del mismo año, por 34 piezas adquiridas en ambas ocasiones a Despensas Industriales de La Laguna, S.A. de C.V. Al mismo proveedor facturaron 460 bolos, el 29 de abril.
Hubo además erogaciones inexplicables, como un comprobante por 306 mil pesos con fecha 29 de abril de 2021 a cuenta de la “construcción de bodega para el área de compras del aeropuerto internacional Plan de Guadalupe”, documento fiscal que señala un vínculo a un presunto número de contrato SEA-OB/004/2021, del cual no existen referencias.
Fármacos para tratar depresión, ansiedad y ataques de pánico. Otros para prevenir trombosis, y unos más para la próstata (aquí alguien podría deducir entonces que el comprador es diputado, no diputada, aunque siempre cabe cualquier posibilidad).
A los cinco días de iniciada la Legislatura se facturó a nombre del Congreso del Estado Ursofalk, para el reflujo biliar, Hepa-Merz para el hígado graso, Flonorm, para el intestino irritable, y Vasculflow, para las crisis agudas de hemorroides.
Por separado compraron Paxil, también antidepresivo, Libertrim para la colitis, y alguien un día lo pasó mal con la comida y la bebida, pues endosó hasta el Pepto Bismol y los Alka Seltzer Boost a la cuenta pública.
No es que uno quiera recrearse con los padecimientos médicos de los servidores públicos, sino que simplemente se vuelven materia periodística desde que se tratan con dinero ajeno.
Cortita y al pie
Los gastos insultantes, cabe señalar, ocurrieron en el contexto de la instalación e inicio de la Legislatura, momento en que uno pensaría la curva de aprendizaje no ha terminado y por tanto no le meten mano al cajón todavía.
Ilusamente, por supuesto.
Un indicio: fueron laguneros. Y no puede ser de otra forma, pues todas las compras fueron realizadas en Farmacias Klyns, de Torreón (poco probable que un representante de Ciudad Acuña o Piedras Negras se traslade 600 kilómetros hasta allá para conseguir medicamentos).
La última y nos vamos
Por lo demás, el antecedente y preliminar anterior conduce a una pregunta, a propósito del empoderamiento reciente del binomio Lechuga-Olmos en Torreón: ¿por qué tendría que ser distinto el comportamiento de las finanzas municipales, 20 veces mayores a las del Congreso del Estado, en lo que resta del trienio 2025-2027