
Por: Peniley Ramírez
El departamento tiene tres recámaras, tres baños y medio, más de 200 metros cuadrados. Cuenta además con sala de televisión, vestidores, estancia con vista a un lago y acceso a una marina de yates.
Forma parte del lujoso complejo Marina Palms, en Aventura, al norte de Miami. Y es propiedad de Humberto Bermúdez Requena, hermano del exsecretario de Seguridad de Tabasco Hernán Bermúdez, ahora prófugo e investigado por narcotráfico. El 12 de noviembre de 2024 se creó la empresa MPN906 LLC.
En Estados Unidos, es usual crear empresas para comprar inmuebles con ellas. En este caso, el nombre corresponde a las iniciales de Marina Palms y al número de departamento.
La administradora de la compañía es Flor María de los Ángeles González y está registrada con domicilio en Turnberry Plaza. Curiosamente, este es el mismo edificio en el norte de Miami (aunque con diferente número de oficina) donde se domiciliaron casi todas las empresas en Florida de la red de Genaro García Luna.

El reporte anual de MPN906, a principios de este año, indica que sus administradores son Humberto Bermúdez, sus hijos Ángeles, Humberto y Roberto, y su exesposa, González, de quien se divorció en 2017.
El 11 de diciembre pasado se transfirió la propiedad. Aunque se compró con un depósito de enganche y un préstamo convencional, dicen registros públicos en Miami, el título se registró como si fuera una cesión de derechos, es decir, como si en la transacción no hubiera mediado dinero.
Esto, me explicó una agente de bienes raíces en Miami, puede usarse como un modo para pagar menos impuestos. Pero otros registros públicos muestran que, en diciembre, la familia Bermúdez compró en efecto la propiedad.
Pagaron por ella 1.3 millones de dólares. Y esto sucedió cuando ya en Tabasco se investigaba a los hermanos Bermúdez. En los últimos días, la prensa mexicana ha publicado que el exsecretario Hernán Bermúdez -y su círculo cercano- está siendo investigado por autoridades de Tabasco y federales, por supuestos vínculos con el negocio del huachicol y con la organización criminal “La Barredora”.
También se ha revelado que, en registros militares, hay constancia de que al menos el Ejército tenía noticia desde hace años de estos posibles nexos corruptos. Además, Humberto, el hermano de Hernán, estaba mencionado en un informe de 1999 como parte de una estructura delictiva conectada con el trasiego de cocaína.

Incluso, Hacienda informó que se enviaron instrucciones a los bancos para congelar las cuentas bancarias de Hernán Bermúdez y sus allegados. Confirmé que Hernán, su hermano Humberto y sus sobrinos son socios en varias empresas en México, como Rager, de la que ya se había publicado.
Y en Miami, Humberto compró la propiedad teniendo como uno de los beneficiarios a Roberto Bermúdez, su hijo, quien es el representante de la asociación civil Caminando Juntos por Tabasco.
Su dirección, para el registro de marca de la asociación, es un local en el centro comercial Plaza Cascadas, en Villahermosa, propiedad de su padre. Es decir que tanto Hernán, como Humberto y su familia, están conectados en varios negocios y asociaciones. En los últimos días, después de que se conocieron las investigaciones sobre Hernán Bermúdez, su exjefe Adán Augusto López ha enfrentado todo tipo de cuestionamientos. Uno de ellos versa sobre cuál era su relación de negocios con Bermúdez, cuando López fungía en Tabasco como notario público y registró varias compañías a la familia. Otros cuestionamientos se han centrado en por qué Bermúdez pudo mantenerse delinquiendo tanto tiempo, mientras era protegido y promovido por López. No he tenido noticia de que la compra del departamento en Miami forme parte aún de las investigaciones en México.
Al mapear las empresas de los Bermúdez, es claro que llevan muchos años haciendo negocios con el Gobierno. Han rentado espacios para oficinas públicas en un centro comercial y han provisto servicios públicos en el sureste. Ahora, las autoridades tendrán mucho que investigar, en México y en Miami, sobre cómo se movió, y a dónde, el dinero de esta familia.
